miércoles, 18 de julio de 2007

EL TELEVISOR

por cesar augusto

¿Dónde estoy?, ¿Cuándo llegué aquí?; no puedo entender ni hasta el mas mínimo detalle de la sala donde estoy, si es que le puedo llamar de ese modo, lo veo y no distingo nada. Existe una oscuridad taciturna y trastornante. Veo mis mano; apenas puedo mover mis ojos; mi cara y mis piernas están paralizadas; hasta el más mínimo de mi cuerpo está paralizado; a excepción de mis ojos (los cuales ya mencioné) y mi dedo pulgar.
Lo último que me acuerdo es que ya había llegado a mi casa y me disponía a dormirme. Ojalá hubiera procurado dejar la puerta cerrada.
Creó que alguien me trajo aquí. Mi dedo se esta moviendo sin mi permiso; no sé que droga puede causar eso, pero es una droga muy poderosa. Mis manos sostienen un objeto. Creo que es un control remoto. Veo a mí alrededor y gracias a las luces de multicolores de un objeto enfrente de mí distingo un piso de cemento interminable, de colores amorfos.
Enfrente de mí hay un televisor… eso creo.
No me había dado cuenta de la decadencia en la que están cayendo los programas actuales. Mi pulga r se esta moviendo consecutivamente, por esta manera no logro comprender los muchos canales que estoy viendo. Uno por uno los canales se me hacen igual de inmundos que el anterior; la repugnancia del contenido solo es opacada por la inconsistencia de cada uno de los estúpidos de los anunciadores. Los programas de noticias dejaron de serlo y se transformaron en un grupo de burdas mentiras con payasos maquillados mas de la cuenta; intentando dogmatizar la maldad y crear un enemigo al cual odiar, no han comprendido que la organización por la cual trabajan es la mala al tratar de enriquecerse al explotar la inteligencia humana. Ciento ese asco natural de mareo; no comprendo si es por esos horribles programas o por mi exposición frecuente a las luces que esta proyecta. No entiendo quien querría secuestrarme para aplicarme tal tortura; no tengo mucho dinero y yo creo que no tengo problemas con la gente; mejor dicho la gente no quiere tener problemas con migo.
Ya me cansé de estar viendo estas imágenes repugnantes; los niños muertos en África por hambre, los niños muertos por bombas en Irak, caricaturas, pornografía, algún programa estúpido de familias perfectas, el presidente hablando de alguna mentira fiscal, una película Hollywoodense, algún documental, un grupo de locutores actuando como tontos para divertir. “En la televisión hay pura mierda”. No sé en que va terminar esto, ni mucho menos sé si yo soy el que desea esto. Creo que mis músculos se están atrofiando; creo que morí. No puedo describir tan fácilmente esta horrible sensación, solo puedo decir que nunca he tenido mas miedo en toda mi vida.
No me había percatado de que enfrente de mí con una mano sobre el televisor se encontraba un hombre. Este me miraba de una forma extraña; tenía una mascara de una persona sonriendo; la mascara era de color blanco y delineado con colores negros. Vestía de negro lo cual lo hacía confundirse con el medio. No puedo asegurar si el es el que me trajo, ni que el es el que me va a matar, ni lo que quiere, ni cuanto tiempo lleva ahí. No esta haciendo nada… quisiera que solo fuera un disfraz colgado, pero se que no es así; de alguna forma sabe que lo estoy viendo y aún así no quiere hacer el primer movimiento; su apariencia es enfermiza…
Quiero que de una vez le ponga fin a mi existencia, y acabe con este círculo repetitivo sumergido en el tiempo; quiero dejar de ver esto; se que lo que quiere es hacerme sufrir y matarme solo acabaría con su diversión. Creo que por fin se está acercando; creo que por fin hará algo. Se acerca con cautela saboreando cada instante; estoy seguro que para el todo está cambiando; el aire tiene sabor de ambrosía, los olores son infinitos, el tacto se relaja dejando una efusión de placeres volando hasta en el mas mínimo de la piel… le deleita su trabajo y yo ya quiero morir. Estoy algo feliz por que ya no voy a volver a sentir esa tortura; por fin no me va atormentar la maquina que hace pasar las horas mas largas acabando con mi vida. Las lagrimas brotan de mis ojos sin parálisis… este es mi fin.

Despierto… Creo que todo fue una pesadilla; que bueno que todo fue un simple sueño y las sensaciones no fueron reales; se que a lo largo del día la pesadilla se esfumará y todo quedara en el olvido… <<“Me pregunto que estará saliendo en la televisión”>>

Enciende el televisor y empieza el día.

jueves, 5 de julio de 2007

Doña Macabra

El 15 de Octubre fue el día en que Doña Macabra murió, ese día no quiso que nadie la tocara, se aferró tercamente a su mecedora, la acercó a la ventana y se quedó ahí, viendo como pasaba la gente. Todos creímos que se le pasaría y que al final nos permitiría darle un digno entierro, pero Doña Macabra era una mujer chapada a la antigua. Hace dos años y medio de eso y no fue sino hasta hace apenas dos meses que Doña Macabra empezó a merodear en las noches por el pueblo. El pueblo se reunió y acordamos permitir los paseos nocturnos de Doña Macabra, excepto en días feriados, en los que poníamos una tranca a su puerta. Sus paseos se empezaron a hacer rutinarios, hasta que un día visitó a Don Roberto Santiago, nadie supo de qué hablaron, pero a la mañana siguiente encontraron muerto en su cama a Don Roberto Santiago, llevaba su traje de domingo y sus zapatos se encontraban impecablemente lustrados. Nadie sospecho de Doña Macabra, pues Don Roberto Santiago ya era un hombre viejo y últimamente no se había encontrado muy bien de salud.

Lo que nos llamó la atención fue la repentina muerte de la señorita Marina. Cuando la policía hacia un interrogatorio de rutina a los vecinos, algunos afirmaron haber visto la noche anterior, que Doña Macabra platicaba con la señorita Mariana mientras ella se encontraba retocando sus rosales.

El doctor del pueblo dijo que la señorita Mariana había muerto a causa de una extraña enfermedad, en la que se hinchaban las venas del tobillo y esto provocaba que a la hora de que la sangre regresaba al corazón, ésta se quedaba estancada en el mismo. Fue en este momento cuando supimos que Doña Macabra traía “las sombras”.

Todo el Pueblo se volvió a reunir para buscar alguna solución al problema y fue decisión de todos el dejar a Doña Macabra encerrada para siempre en su casa, con la única excepción de los días 7 de Agosto, en los que tenia permitido visitar el panteón (por supuesto que escoltada por alguien), con motivo de llevarle flores a su difunto esposo.

Al principio esta medida fue un poco incomoda, pues hasta la ultima casa del pueblo podía escuchar como cada noche Doña Macabra arañaba la puerta y gritaba palabras incomprensibles. Pero el tiempo hace que a todo nos acostumbremos, creo que es cosa de supervivencia o algo por el estilo. Es raro pues hasta llegue a pensar que aquellos horribles gemidos me arrullaban en las noches que me era difícil conciliar el sueño.

Ayer precisamente, cuando venía de la Sierra, alcance ha escuchar que Doña Macabra había vuelto a morirse. Corrí hasta su casa para ver lo que el pueblo empezaba a rumorar y desde la calle era posible ver a Doña Macabra por la ventana, con los ojos cerrados y su cara adornada por larvas y varias decenas de moscas, por fin Doña Macabra había terminado de morirse…

domingo, 3 de junio de 2007

La epopeya joven de Alfredo Garza

Alfredín era su nombre, al menos el que le conocían en aquel circulo social; su segundo nombre era Eustasio; nombre que había tenido que proteger en la escuelita, ya que tuvo que pelearse muchas veces con un par de malandrines solo por burlarse de este, y era un nombre que defendía mucho, despues de todo, el llevar el nombre de tu abuelo no era cualquier cosa, implicaba llevarlo con honra y orgullo. El asistía diariamente a una escuela, de esas de gobierno, de la unidad obrera, y si, Alfredín era miembro de las poco prestigiadas colonias obreras, que durante toda su vida habían sido su morada; pero no vivía en una de las tantas vecindades que rodeaban la colonia obrera; su vecindad resultaba ser distinta a las demás; ya que a diferencia de las otras, esta no se encontraba rodeada de mas vecindades o tejabanes, esta en cambio se encontraba en medio de un laberinto construido a base de fabricas abandonadas, creando el acceso a su vecindad unicamente por medio de pasillos y bardas, que tenía que atravesar todos los días. A el le gustaba vivir ahí; para el era útil tener que atravesar así el camino, ya que resultaba fácil perder a los rufianes de los años superiores que le perseguían constantemente, al final de las clases y cuando no andaba con su pandilla.

Desde hace mucho tiempo, mas del que el pudiese recordar, su familia le venía advirtiendo de no entrar a una fabrica abandonada, que se encontraba escondida entre el laberinto, la fabrica 301 la de cementos Rodríguez, la fabrica del ayer, una fabrica que había causado un temor entrañable, del que nunca pudo describir ni hacer referencia, ni siquiera podía explicar la razón de aquel temor. Jamás había visto esa fabrica, pero sin embargo sabía de su existencia, lo sabía cada vez que veía callejones oscuros a los que el jamás había entrado, lo sabía cada ves que su cuerpo le impedía acercárseles, lo sabía por que era el mismo temor que le provocaban las pesadillas en las que se encontraba entrando a la fabrica 301 y veía quien sabe que cosa, que le hacía correr en sus sueños y llorar al despertar.

Los techos de su casa eran de lámina, o de un metal desconocido que el jamás había descifrado. Lo recordaba bien, por que siempre al despertar se hallaba inmóvil sobre el, era lo único que veía al abrir sus ojos; el techo y algunas cucarachas que se dignaban a pasar bajo su mirada, o los enormes tubos que atravesaban sus paredes, que venían de una fabrica que se encontraba pegada a su casa.
Recuerda bien esa mañana de Domingo en la que sus planes principales se hallaban inmersos en una de tantas fantasías que había creado con sus amigos, como la de proteger su cuartel; el cual se hallaba dentro de la fabrica abandonada de hoyas Don José, un amigo de el conseguía pintura de aerosol, que le servía para hacer grafítis y colocar el nombre con el que también era conocido por los de su pandilla, el “EUCH” nombre que grafiteaba cada ves que podía y que marcaba en las peceras a las que frecuentaba si quería viajar a algún lado. Habían decorado de una manera muy propia aquella estructura que era como parte de su hogar.
Salió de su casa, eran como las 10:00 de la mañana, tenía que verse con sus amigos alrededor de esa hora, y se le había hecho tarde, tuvo que correr lo mas rápido que podía; sus amigos no le iban a esperar si llegaba mas tarde; iban a ir a una parte a la cual solo el Moras conocía, no podía ir el por su cuenta. Apunto de llagar a la mitad del camino, Alfredin alcanzó a ver al Bruno, el perro de Don Pepe, un perro doverman al que Alfredin temía por que siempre lo correteaba; una vez casi le mordía su brazo. Se mantuvo detenido por un momento; trataba de pensar una forma para poder sacarle la vuelta; decidió que escapar por la retaguardia era lo mas convenirte; comenzó a caminar hacia atrás, lo mas silencioso que podía, si el perro lo veía le iba a ser imposible escapar; su rapidez era admirable, pero el perro se desplazaba como un rayo, o como un león hambriento a punto de devorar a su presa, y entonces fue cuando vio sus ojos de fuego; le miraban fijamente sin perderle la vista. Distinguió que era sus ojos a los que veía; ya era imposible correr; su hocico comenzó a mostrarle los enormes colmillos que le pertenecían; eran blancos y puntiagudos, desgarradores, punzantes; sabía que simplemente encajarlos en su cuello bastaba para llevarlo quien sabe a donde, un lugar al que partiría solo, quizás a la fabrica 301.

El perro comenzó a ladrarle, el solo podía ver su enorme hocico con aquellos dientes ponzoñosos que estaban llenos con el veneno de la muerte. El perro comenzó a acercársele mientras ladraba, Alfredin corrió mientras con su mirada buscaba un lugar para esconderse o perderse de aquel destino; corrió rumbo a una barda, el perro ya casi le alcanzaba, podía sentir su jadeo, su aliento calido sobre su cuello, a su mente se le vino palabra “Eustasio”, recordó la historia de su abuelo; de cómo alguna ves buscando trabajo, como solo los pobres hacen, se encontró trabajando en una mina, la tristeza de sus ojos, que sus familiares recordaban; y después de su muerte al ser tragado por la tierra, al quedar atrapado entre rocas oscuras en un derrumbe, entre sombras, recuerda la oscuridad, a la que siempre había temido, que ahora recuerda que también le temió su abuelo, a sus últimos minutos de morir, el miedo a la nada que te espera al final de la felicidad... la nada infinita que ahora lo envolvería. Gracias a la ayuda de algún Dios; de esos pocos que ayudan a los pobres; alcanzó a saltar la barda, la rapidez con la que trepó la barda fue asombrosa, el perro no tuvo tiempo de morderle ni su pie. Regresó a la realidad, ya el Bruno se encontraba del otro lado, definitivamente ya no podía regresar; se dio cuenta de que el lugar en el que estaba, no había pisado jamás, eran callejones entra fabricas, eran pasillos de laberinto, un laberinto que no conocía. Comenzó a atravesarlo, en los oscuros rincones veía los ojos endemoniados del perro. Pensó que regresaría a su casa, después de encontrar la salida; iría a decirle a su papa para que se paliara con don Pepe, así el perro no lo molestaría mas.

Caminaba, como solo el sabía hacer, caminaba buscando una salida; de pronto todas las bardas comenzaron a verse mas altas, inalcanzables, parecía que solo la barda que comunicaba a fuera, era la que el Bruno resguardaba y donde lo esperaba para seguramente atacarlo y robarle la vida. Un miedo comenzó a apoderarse de su cuerpo, seguramente el miedo era producto del incesante silencio que explotaba a su alrededor, ni siquiera el bullicio de las avenidas, que siempre escuchaba cada ves que se encontraba dentro de las fabricas. Llegó a un pasillo oscuro, que le atraía, se veía como una posible salida; lo recorrió. Al final del pasillo, vio una ventana que parecía como de una prisión, y unos botes de basura. Era un pasillo sin salida, sabía que tenía que regresar por el otro lado y buscar otra vez la salida, un susurro lo paralizó
-Escuché tus pasos- Alfredin se petrificó -Ayúdame por favor, ven no he visto a nadie en mucho tiempo-
Alfredin se dirigió hacia la ventana; se paró sobre los botes de basura, y colocó sus manos en los barrotes de metal.
-¿Quien es usted?- preguntó Alfredin. Su mente se hallaba en aquel momento en un rincón solo y desconocido para el, de repente se dio cuenta que no recordaba por que estaba ahí.
-Soy Ramiro Garza Dávila- a Alfredin se le vino a la mente su apellido paterno, Garza.
-¿Por que está aquí? ¿Como puedo ayudarlo?- Preguntó.
-Mi patrón me tiene aquí, el señor Rodríguez. ¿Qué acaso es malo robarse un costal de cemento?, no sabía que las acciones de mi pobreza eran tan penada, quería pedir perdón, pero la compañía quebró; el tiempo ha pasado y el señor Rodríguez ha muerto, junto con el, la ubicación de la llave que abre la puerta, solo mi hermano, Ramiro, sabe que estoy aquí, el no le ha contado a nadie por el resentimiento que me ha engendrado; nadie me ha venido a sacar de aquí, tengo hambre, el me venía a alimentar, pero esta semana no ha llegado, creo que ya quiere que me muera, ayúdame por favor tráeme comida te lo ruego- <<"Ramiro"... ese nombre.>>
-Ramiro Garza es mi papá señor, es imposible que eso sea cierto- el señor que se encontraba echado en el suelo dirigió su mirada hacia el, con una fuerza sobrehumana se lanzó hacia la ventana, cogió los barrotes con una tremenda velocidad, hizo que Alfredin cayera de los botes asustado, lo miró; en sus ojos había un odio sobrenatural, una mirada espectral, de un hombre que sería capaz de doblar los barrotes solo para acecinarle.
-¡Traime comida!, ¡quiero comida!- vociferó con fuerza y con su voz inyectada de sangre y saliva.

Alfredin corrió lo mas rápido que pudo; detrás de el estaban los ecos de los gritos y lamentos de su tío; destrozaron aquel silencio total: la bruma, la miseria, la penumbra, de aquel lugar que se hallaba mas cerca de la muerte que cualquier otro lugar de la tierra, si se hubiese dado tiempo para examinar con detenimiento el lugar se ubiera dado cuenta del numero grabado en la fabrica: 301. El lloraba, no comprendía su destino, siguió corriendo. Estaba perdido; todas las paredes enormes parecían burlarse de el; innumerables veces dio vueltas en el mismo callejón, solo sabía que todos los callejones eran iguales, solo sabía que odiaba ese laberinto. La felicidad inmensa, la que llega después de la tormenta, vino a el, vio la salida en una barda que podía saltar. Corrió hacia ella como si un ser del infierno le persiguiera; saltó la barda para poder salir de aquel infierno.
Salió y ahí estaba esperándole, un demonio engendrado de la maldad del hombre; un demonio del que solo alcanzó a ver su hocico. Gritos y lamentos, y despues la nada. Un demonio congruente con la voluntad humana arrebató la vida de un joven aquel domingo, es en este momento en que Alfredo Garza Rodríguez ya no pertenece a nuestro mundo.

lunes, 9 de abril de 2007

detras de las guerras de agua

Creo que piensan que nada más escribo de problemas sociales y de guerras. La verdad es que esta no fue una excepción. Pero deben de tomar en cuenta que este cuento fue el primero que escribí. La verdad es que últimamente me e enfocado en otro tipo de cosas de las cuales no voy a publicar por que no tengo confianza de algunos de los lectores. No estoy diciendo que todos no son de confianza; sino que hay gente que le gusta robar trabajos. Por eso voy a esperarme a juntar un número de cuentos en un libro; como primer trabajo. Este cuento lo creé a la fuerza para ganar un concurso. Es un fragmento que se une con mi novela en un momento adverso. Lo escribí en la preparatoria y se los publico para que opinen si debí de haber ganado jajjajaj. Perdí en esa competencia. Bueno pues sin más preámbulos aquí les va.


Los cables salían de mi cabeza, no podía mover ningún músculo de mi cuerpo, lentamente abrí los ojos.
¿Quiénes son ellos? Personas con lentes y cara de asombro merodeaban por el cuarto oscuro, solo la luz verde enfocada en mi cuerpo daba los colores escasos a cada una de sus caras de realización, uno de ellos, el que tenía la carpeta de procesos dijo seriamente:
-El proyecto de reprogramación esta a punto de concluirse-

Fue cuando esas horribles imágenes llegaron a mi mente acabando con mi tranquilidad, el reflejo de un mundo de guerra y hambre, las balas de los rifles acabaron con la vida de mis compatriotas en el frente extractor. El presidente Jack Riller firmó junto al presidente brasileño Ricardo Silva la carta de extracción en la que le daba a los Estados Unidos de Norte América la autorización para compartir el recurso cristalino vital y escaso en esa época. Fue un día feliz, se abrió la champaña, uno a uno se felicitaron mientras que la ONU se sentía satisfecha por haber arreglado todo mediante un acuerdo pacifico. Pero no todo fue color de rosa, Brasil no se dio cuenta de las ambiciones de Norte América.

La izquierda se entero de los verdaderos planes de la potencia y fue cuando las cosas empeoraron. Los capitalistas extranjeros atacaron económicamente. Compraron terrenos y propiedades donde yacían manantiales acuíferos haciéndose dueños de una industria mas que perfecta: “la necesidad”.
Los grupos guerrilleros atacaron cuando se dieron cuenta que esa poderosa potencia pretendían venderles a ellos mismos su propio recurso en un diferente empaque, lo que en un pasado les pertenecía.
Y fue así que con una bomba casera derribaron la maquinaria extractora que se encontraba en el río amazonas.


Estados Unidos no lo pudo tolerar, e inventaron una historia muy entretenida. Decían que eran terroristas de la región, amantes del caos y la destrucción, con el objetivo de hacerse más ricos a base de personas trabajadoras.



Las masas Norte Americanas se sintieron indignadas por la historia. Sentían un enorme insulto hacia los héroes caídos en la tercera guerra
mundial o la guerra del petróleo. Aquellas personas que sacrificaron sus vidas hacia un gobierno que no los valoraba solo los veían materialistamente.

El presidente brasileño (ex alumno en un colegio de la CIA) autorizó una “pequeña” intervención de Norte América y fue cuando se desató la masacre. El plomo atravesaba los cuerpos llenos de sed libertaria. Los rifles de los guerrilleros solo empeoraron el asunto. Y fue cuando llego él, el hijo de la nada, el misionero de la libertad. El pueblo lo amaba y los economistas lo odiaban; la relación que se tenia de el era la de un Jesucristo o un Mahatma Gandi. Contaba con unos ojos grandes marrones penetrantes y furtivos, con un brillo extraño para un ser humano. Una cara llena de arrugas de trabajos duros. Sus manos estaban gastadas, ásperas como arena, era el rey de los filósofos e intelectuales. Tal vas lo que mas impactaba de el era que solo vestía con un pantalón roto, una camisa desmembrada y unos guaraches que le brindaban una tosca movilidad en la selva, era la sencillez ejemplificada en una persona. Solo un apodo lo distinguía de un sin fin de entes ambulantes en el farallón de la vida: “el monzón”.
Por un tiempo solo maquinas extractoras resultaron dañadas y las empresas fueron destruidas sin piedad en la inmensidad de la noche selvática
<< ¡Empresas vacías: terratenientes y explotadoras de la poca vida que nos queda!>> sonó una voz tranquila e imponente en la sombra de la cabaña
<> amordazo la boca de una persona cautiva en la oscuridad de la cabaña y prosiguió con su historia.
Como te decía: los empresarios norteamericanos fueron despojados de su poder, su principal razón existencial, entonces Estados Unidos fue presionado por estos para aumentar la represión y fue así que se creo la FALN (fuerza antiterrorista latinoamericana de norteamericana).
Los comerciales de reclutamiento hablaban de falsas promesas del gobierno y con las que invitaban a un pueblo perdido en un dispositivo generador de violencia, la diversión artificial: el videojuego.

Lamentablemente se reunieron millones de soldados en la selva amazónica, dispararon a gente que no tenía nada que ver en la guerra pero participaban en ella con su silencio. Vagaron por la selva sin contar que el enemigo sabía exactamente lo que hacían, sabían de cada paso que daban como si la propia tierra en sus botas de caucho le mandara información al enemigo. Entonces el pueblo atacó desde los árboles con rifles, un contra ataque en el que los campesinos vengaban a la tierra ofendida en tiempos recientes, los tanques fueron inservibles ante tal acto de liberación.
Las supersticiones fueron la principal razón por la cual el ejército se retiro de la zona, cayeron en la idea de que el monzón en verdad era el salvador.
La ONU no autorizó a los Estados Unidos la utilización de NAPALM, ni mucho menos la bomba atómica por que dañarían la selva y algo del recurso tan cuidado.

John Karter un científico que trabajaba en una empresa de Fármacos poseía un gran estudio de Electrophorus electricus o anguila eléctrica la cual suministraba hasta 600 voltios debido a sus órganos en la parte de la cola. Descubrió que conectando cada señal mandada del cerebro en un punto al que llamo punto de descarga se generaba una descarga del triple de la anguila con factores benéficos para la descarga. Lo único que tenía que hacer era unir cada parte del cuerpo en un solo punto para producir esta energía.

-Reclutaron a un general, su nombre Robert Shocker, general de las fuerzas aéreas Norte Americanas. Su experiencia era ilimitada puesto que había participado como un soldado el la guerra de Afganistán-. Se callaron algunos soldados a su alrededor, los sonidos de las aves formaban un sonido homogéneo como una sinfonía selvática. Frente a el se encontraba un vaso de agua, su voz estaba ronca, agarro el vaso y le dio un trago ahogando su dolor con el liquido de la victoria, los soldados a su alrededor lo miraban como a un fenómeno. Prosiguió después de aclarar su voz.

-Mi vida estaba destrozada, mi época de gloría se había disipado como la lluvia y me encontré de nuevo en la niebla. Las inyecciones de heroína entraban en mi sistema haciendo estragos en el mismo, me desconectaban de esa realidad de vicios y volvía a lo que en tiempos pasados eran mis años de piloto, sin preocupaciones más que alcanzar las nubes.-
Entonces fue cuando me llamaron. Esas personas que habían acabado con mi vida querían rectificar los daños anteriormente hechos. Me invitaron a un proyecto donde prometían acabar con mi sufrimiento. La idea se me hizo tentadora y acepté.
Llegue a un centro a las afueras de Detroit donde firmé unos papeles los cuales no me importó leer por que estaba desesperado por sentir el cambio.

Me acosté en una cama y fue cuando la oscuridad de mi sueño me encerró en la burbuja de la evolución.

- Acabó la reprogramación- dijo uno de los científicos presentes.
El cilindro se abrió, fue como volver a nacer, no podía respirar, los científicos me dieron una toalla y aplaudieron por su complicado experimento. Entre ellos se encontraba John Karter, quien se me acerco y me dijo:
-Gracias por cumplir el sueño de toda la vida. Este experimento lo realice desde antes de la guerra pero nunca funcionó por la carencia de capital, si no fueras un arma Biológica me premiarían los premios Novel-
Ese comentario me hizo darme cuenta de que solo me veían como un objeto, un puente para cruzar el río de sus metas.

En fin. Un helicóptero me dejó en medio de la selva con cuarenta hombres. Caminamos buscando a nuestro enemigo y llegamos a esta zona donde fuimos emboscados. Mis nuevos poderes crearon un campo electromagnético y regresaron todas las balas. Estaba maravillado, nunca había sentido esto, mi poder era ilimitado no cabía duda de que era el arma mas poderosa creada en el planeta.
Dar contigo fue fácil con los sensores de calor diseñados para la noche y el rastro de guerrilleros que uno a uno caían por mí poder, un dedo era suficiente para hacer que sus corazones latieran más rápido y murieran de un infarto al miocardio. Al cabo de un tiempo mis músculos se paralizaban, pero me levantaba y seguía caminando.
-Por fin dimos contigo y aquí estamos, Zeus contra Cronos, acabando con la batalla por la supervivencia- Caminó alrededor del cuerpo torturado y dijo:
-La ironía de la vida- Una risa sombría llenó el vacío de la habitación.
-he arriesgado mi vida, la he cambiado por completo y al final lucho por aquellas personas que en un pasado me dieron la ruina, Soy el perro faldero de mi patria.-

Arrastró la silla a la luz se trataba de el Monzón. Puso su mano sobre su cara y la palma de la mano empezó a brillar por las descargas de su poder. Le dijo con una voz colmada de sentimientos de victoria y orgullo:
-¿Qué hubieras querido cambiar de tu vida antes de morir?... Tal vez no haberte reunido con esas malas influencias que te llevaron por el camino mal visto por los poderosos.-
Le quitó la mordaza de la boca y el Monzón dijo:
-La misión a la que vine fue entendida, el fascismo nunca va a predominar sobre un pueblo inteligente y abierto de mente, el libre albedrío es un de las cualidades humanas mas poderosas sobre el planeta, incluso mas poderosa que tu habilidad. Ahora yo soy un ladrillo en la pared de la estructura humana.-
El monzón cerró los ojos mientras que en la cara de Robert se podía observar que una lágrima brotaba.

sábado, 10 de marzo de 2007

Algun Dia Nos Haremos Luces


-Y mas o menos ¿a que hora regresarás? –preguntó Doña Josefina a su nieto Carlos.
-mmm… como a eso de las 8, abue. –contestó Carlos tratando de no mostrar sus verdaderas intensiones.
Carlos era un niño hasta cierto punto normal, tendría entre 10 y 12 años, la verdad no sé nunca le pregunté. Iba con regularidad a clases, más nunca destacó sobre los demás, obedecía de manera casi perfecta a su abuela. Desde hace dos o tres años Carlos desarrollo un extraño gusto por matar pajaritos a pedradas, entre los chicos del pueblo era una actividad nada desconocida, pero lo curioso era que después de matarlos disfrutaba ver como los gatos se peleaban y destrozaban con el hocico a las ya mutiladas aves.
Desde tiempo atrás Carlos se había metido en la cabeza la idea de alcanzar las estrellas, hasta se compró un librito de matemáticas para principiantes, para ver si aquello era posible por medio de los números.
A base de sumas, restas y dos que tres divisiones logró hallar una formula Alcanza Estrellas; la formula estaba comprobada por Cosme Antonio Peñasco (amiguito de clases de Carlos).
-A ver Carlos, déjame volver a checar eso –dijo Cosme Peñasco arrebatándole una hoja a Carlos. 2+5=7; 7-2=5; todo esto entre 2 es igual a “2 punto y algo”… pues sí Carlos, creo que esta formula Alcanza Estrellas está correcta.
Carlos convencido de su triunfo teórico, iba a proseguir con lo práctico, tenía planeado hacerlos a la primera, sin titubeos. La fecha del gran día sería el 15 de febrero.
Esa tarde avisó a su abuela que regresaría a las 8, pero él sabía que mentía. Salió al parque donde Cosme Peñasco ya lo esperaba.
-bueno, nos vemos pronto. –Le dijo Carlos a Cosme con un tono de victoria en la voz.
Carlos volvió a mirar la formula, por si se le había pasado algo. "no seas nena y vamos con lo bueno" pensó Carlos. Lentamente se quitó los huaraches, se acercó al resbaladero, quedando la resbaladilla frente a él, desde ahí contó “2 punto y algo” metros, dio media vuelta y comenzó a correr con la misma furia y velocidad que sus ancestros mataban en ese mismo lugar millones de años atrás. Corrió y subió por la resbaladilla, cuando ante los ojos de Cosme Peñasco “un fuego” envolvió a Carlos de pies a cabeza e hizo que saliera proyectado a “2 punto y algo” millones de kilómetros por segundo.
En su cocina, Doña Josefina se asomaba por la ventana a las 7:52, cuando el sol se empezaba a perder detrás de los cerros, y notó una luz muy brillante en el cielo.
-Mal presagio –susurró Doña Josefina, mientras desplumaba una gallina para la cena…

sábado, 24 de febrero de 2007

El dinero nos mata

Bueno.. Primero que nada déjenme decirles por que fue que me decidí en escribir este cuento. Para mí Augusto César Sandino fue uno de los mejores guerrilleros de Latinoamérica. Algunos de ustedes han de pensar que ya había oído ese nombre en algún lado. En nicaragua la lucha Sandinista siguió después de su muerte. El Frente Sandinista de Liberación Nacional creado en 1961; en los años 70´s este liberó a nicaragua de la dictadura fascista de los Somoza. Actualmente Daniel Ortega representante del partido Sandinista acaba de llegar al poder (democráticamente).

Enfrente de una sombra casi inerte se encuentra el cuerpo ensangrentado de una persona… no se logra distinguir quien es, por la oscuridad de la noche. El ambiente parece ser de algún lugar de nicaragua. La ropa de la sombra se logra distinguir por la luz de un quinqué; parece ser del año de 1927. Parece tener una herramienta extraña en la mano… una pistola. De la pistola sale humo.
-¿De esto se trata?- Preguntó la sombra que estaba enfrente del cuerpo – Matar a los de tu pueblo-.
Lentamente se trato de incorporar el cuerpo que estaba frente de el. Un movimiento quizás un impulso involuntario de querer ver a su agresor.
El recuerdo de su pasado le llega a la mente.
Es el año de 1926.
-Creo que no podremos mantenernos con el dinero que nos da el patrón- Dijo Julieta mientras cocinaba en una cocina casi desecha.
-Esto no puede seguir así- Contesto Felipe mientras caminaba en círculos en la pequeña cocina comunitaria.
La situación para ellos se había vuelto más que agobiante. No podían seguir viviendo con ese sueldo después del nacimiento de la niña.

Fue a pedirle un aumento al patrón y este le dijo que la empresa estaba pasando por un momento difícil. Los trabajadores de San Alvino trabajaban quince horas por día; dormían todos amontonados en un galpón. Los mineros de San Alvino no se podían dar el lujo de “vivir”.
-No hay problema Julieta podremos arreglar esto-
Lo único que importaba en esos momentos era su amor. No necesitaban de los medios materiales para poder estar juntos… hasta aquel día.
No se podía decir que el no lo vino venir; la verdad es que fue uno de esos sucesos que uno anticipa con la mente y no con el cuerpo. Tomaba en cuenta que la falta de dinero los pondría en una posición incomoda.
El doctor de la zona les dijo que el bebé traía consigo una complicación y que era necesaria una operación muy costosa para que este pudiera sobrevivir.
Tenia ganas de soltar el llanto mientras caminaba con ella de regreso a casa. Estaba conciente de que si se desmoronaba enfrente de ella empeoraría las cosas.
-Los momentos difíciles no son eternos- dijo Julieta mientras lo abrazaba y lo miraba con la misma pasión con la que se casaron.
A el se le nublaron los ojos y trató de disfrazar sus lagrimas con un bostezo.
Este acontecimiento hizo que ganara más valentía para pedirle el aumento tan deseado al jefe. Sin embargo cuando llegó a la mina y trató de explicarle su situación este le dijo que todos tienen sus problemas y que si le daba un aumento a él le tendría que dar un aumento a todos los de la mina.
Que desesperante es la vida de los pobres. Se pregunto que si en otro universo se presentaría una persona con los mismos problemas. Llegó a un punto de desesperación que lo hizo pensar robar; pero desafortunadamente para él, su comunidad vivía explotada por una empresa imperialista extranjera, y debido a esto todos crecían en un ambiente de pobreza.
El día se llegó y no pudo conseguir el dinero para la operación. En la sala de espera del diminuto hospital fumó una cajetilla de cigarrillos. Hablaba con todas las enfermeras pero nadie le decía lo que estaba pasando; tal vez lo único que necesitaba era que alguien le dijera que todo iba a salir bien. Dio la media noche sin ninguna respuesta. Miraba el reloj todo el tiempo. La desesperación sucumbía como hormigas caminando sobre su cuerpo.
De pronto el doctor llegó. Estaba temblando de la desesperación; tenía ojeras en la cara; su boca estaba azul del miedo. El doctor se le acerco sin verlo a los ojos.
-Lamento decirle que hicimos todo lo que pudimos; pero en esta situación no contábamos con los instrumentos necesarios para operar debido a la poca ayuda que nos da la empresa-
Sintió que caía por un barranco oscuro. El tiempo se detuvo en ese instante. Todos sus años de trabajo y de esfuerzo; sus platicas con ella de las presiones del trabajo; su forma de consolarlo en los momentos mas difíciles. Todo había sido en vano. Sentía las ganas de suicidarse.
-Disculpe- le dijo al doctor. – ¿Pudieron salvar a mi hija?-
El doctor solo miró al suelo y le dijo que no.
Caminó al galpón. La oscuridad cubría el camino. Se dejó caer en el suelo. Nunca se imaginó que algún día sentiría algo como eso. Su vida se detuvo de forma efímera (Cada pedazo de el cayó al suelo), Se preguntaba el por que de que lo malo siempre le pasaba a los pobres. Poniéndolo de esta forma: ella era lo único que tenía; su vida le pertenecía al patrón; sus sueños le pertenecían a la mina; el no contaba con nada; y aunque es egoísta pensar que algo te pertenece, su esposa era la única que lo ponía en la tierra y le decía que cada situación era razón de algo.
Pasó lo que debía de pasar. Perdió la razón hasta el grado de tratar de acabar con sus penas. Varias veces se le vio tratando de suicidarse; ya sea amarrándose una soga al cuello o tratando de cortarse las venas; sin embargo en el momento en que estaba dispuesto a hacerlo su cuerpo lo detenía. Quería ahogar sus penas en alcohol pero con el reducido dinero que les brindaba el patrón apenas podían comer. Como sufren los pobres y nadie se da cuenta. La justicia es un privilegio muy caro.
Un día después de los labores, después de sus 15 horas de trabajo, caminó hacia el árbol sin hojas y amarró una soga en la rama del árbol; acercó una silla y se subió en ella, se puso la soga en el cuello; y se dio cuenta de que existían otro tipo de soluciones. Estaba apunto de bajarse cuando se resbaló. Sentía que estaba apunto de morir. Se acercaba a la duda universal: la muerte. La mirada se le estaba nublando cuando de repente una bala rompió la soga. Una persona delgada se encontraba enfrente de el; la oscuridad hizo que no pudiera distinguirlo; tal vez por que Felipe estaba casi convulsionando por el fuerte impacto de la caída y la soga en su cuello.
-Ayúdenlo- Dijo el hombre delgado con una voz imponente.
De las sombras salieron 20 hombres todos con pistolas. El humo salía de la pistola del hombre delgado; seguía apuntando a la soga desecha; fue un tiro certero a la tensión de la soga era impresionante su precisión a una longitud tan lejana.
Felipe no se cuestionó eso, simplemente cerró los ojos por el cansancio.

Despertó en un cuarto distante. Alguien estaba enfrente de el cuidándolo.
-No tendrás que volver a sentir esa desesperación que te puso en esta situación- El hombre delgado estaba enfrente de el, tenía un sombrero baquero y un paliacate en el cuello.
Felipe sentía un profundo dolor de cabeza.
-¿Quién eres tú y por que me salvaste?- Preguntó Felipe mientras lo miraba fijamente.
-Mi nombre es Augusto- Contestó el hombre.
-No me debiste salvar; hubiera sido mejor que no me hubieras salvado; de todos modos ya estoy muerto- Dijo Felipe con una voz ronca, quizás por que se lastimo el cuello al caer, o por su apatía.-Un pobre menos en este mundo-
-Eso es lo que quiere que pienses el patrón- dijo Augusto
-Esto no se trata de mi patrón; se trata de mí; yo tengo la culpa de lo que me está pasando- dijo Felipe mientras miraba al suelo con indicios de tristeza.
-¿Tú tienes la culpa de haber nacido en la pobreza?-Preguntó Augusto. Felipe se quedo callado. –Ellos te dicen que eres pobre por que así lo quieres tú; pero lo que no te das cuenta es que ellos siempre van a ser infelices por tratar de permanecer en su estatus; por es que crean clases que no existen en un universo materialista como lo es este (materialista en el sentido filosófico).-
Esa era más que una simple platica entre mineros y eso fue lo que comprendió Felipe. Se dio cuenta que Augusto era más que un simple minero, y eso lo orilló a cuestionarlo.
-¿En que trabajan ustedes?-
-Yo trabajaba para la Huasteca Petroleum Company pero me di cuenta del abuso que cometen los monopolios extranjeros; por eso es que encabezo un movimiento para despojar al país imperialista del territorio nicaragüense-
Felipe estaba más que desorientado; primero la muerte de su esposa y ahora esto. En muchos sentidos eso podría ayudar a la renovación completa de nicaragua; se dio cuenta de que ya no tenía nada más que perder y sentía responsabilidad por los demás trabajadores que vivían en un país latinoamericano; ¿Por qué sentirse responsable de esto?... El sentía que ninguna persona del mundo debería vivir lo que el vivía en esos momentos. Lo tenía todo para cambiar las cosas.
-Quiero participar en él-
Su pistola se transformó en su cuerpo y sus compañeros de guerra en su alma.
Se llegó el día de la primera gran batalla. Después de prepararse tras día extenuantes y preparando su puntería.
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-Estamos preparados mi general- En un lugar llamado el Jícaro ellos esperan para el ataque.
-General Sandino- dice Felipe. –Ellos nos superan en número; nosotros somos 29 y ellos son como 100, es muy arriesgado-
-M… No, creo que son 200; no te preocupes ellos no pelean la necesidad de un trato justo. Esta batalla va a hacer historia y los futuros nicaragüenses hablaran de ella con un gran fervor -Dijo Augusto con un valor inspirador.
Empezaron los disparos. La diferencia en número se hizo más que evidente. Poco a poco sus compañeros de guerra fueron cayendo; sus amigos, personas que eran tratadas como animales en la mina; con un trato inhumano. Alcanzaron a herir a algunos soldados pero esto no fue suficiente; tenían que retirarse. Augusto cargaba a Felipe, lo llevaba arrastrando por una bala que lo había alcanzado a tocar. Felipe estaba seguro de que esa no iba a ser una derrota.
Llegó a Segovia y empezaron el camino a su victoria.
Se escuchan los balazos; Empezó el ataque y se llega la noche. Por fin acaba la batalla, la necesidad por el cambio los deja salir victoriosos. Felipe recorre el campo de batalla viendo si alguien quedo vivo. Llega a una zona oscura y se escucha un valazo.
Frente de una sombra casi inerte se encuentra el cuerpo ensangrentado de una persona… no se logra distinguir quien es, por la oscuridad de la noche. El ambiente parece ser de algún lugar de nicaragua. La ropa de la sombra se logra distinguir por la luz de un quinqué; parece ser del año de 1927. Parece tener una herramienta extraña en la mano… una pistola. De la pistola sale humo.
-¿De esto se trata?- Preguntó la sombra que estaba enfrente del cuerpo – Matar a los de tu pueblo-.
Lentamente se trato de incorporar el cuerpo que estaba frente de el. Un movimiento quizás un impulso involuntario de querer ver a su agresor.
-Deberías de dejar de defender a un pueblo que no conoces; eso te va a llevar a la ruina-
-Yo lo hago por conseguir dinero y así poder seguir con mis sueños-
Se encontró con él mismo en el otro lado de la batalla; por eso no sabía que hacer; él nunca había estado tan confundido después de lo de Julieta.
-Mátame- Dijo el cuerpo (escupiendo sangre con cada palabra) que yacía en el suelo. –No quiero morir lentamente-
-Yo no quería…fue tu culpa por querer atacarme- dijo Felipe temblando por la inseguridad.
-Solo hazlo… ¡mátame ya!-
Se escuchó el estruendo de un disparo. Salió Felipe llorando de entre las sombras. Fue como herirse a si mismo; aunque la lucha de Sandino era en su totalidad altruista esto no dejo de lado la posibilidad de que en el otro bando se encontrara gente buena con sus sueños e ideas. Mató a alguien que peleaba por una persona que nunca iba a conocer, que lo manipulaba como en su momento a él lo manipulaba el patrón; por que su guerra era una guerra de clases en donde los ricos peleaban contra los pobres; pero la verdad era que los pobres peleaban contra los pobres y todo gracias a los ricos. Caminó unos pasos y se dejo caer al suelo lleno de sangre. Recordó a Julieta y a su hija que todavía no nacía.
-El dinero nos mata- Pensó en voz alta y se quedó dormido con su arma en la mano.

El primero del cabellero

...estás muerto. Así es, tú estás muerto, hasta los huesos, no estás respirando, muerto. ¿Cómo lo sé? Mira a tu alrededor, ¿concibes algo más que mi voz? No. Eso es estar muerto. ¿Qué si soy dios? No exactamente, además ¿qué es dios?, no lo sabes, yo sí sé que es, dios es este lugar, dios es la nada, dios soy yo. No trates de huir, después de todo, no hay a donde ir, no te sientas mal, viviste en la nada ¿qué hay de malo morir en ella? Cada vez es más difícil recordar quien eras, lo sé, no por nada estás en lo que es mío, en mi nada. No intentes de recordar solo te sentirás peor, porque jamás podrás ver a quien amabas, o sentir un rayo de sol, así que acepta que no volverás y no mires atrás.
¿Qué si siempre estarás aquí? Algo así.
¿Qué si siempre estaré yo aquí? Se podría decir.
No preguntes más, sólo torturas tu pobre y muerto espíritu. Una más puedes preguntar una cosa más...
¿Qué haces aquí? Ver en las tinieblas, vivir en ellas, tener nada y tener miedo de perderlo, pero sobre todo esperar, esperar a que...
HUBO SILENCIO

-Entonces lo voz omnipresente desapareció, trate de llamarla, pero nunca contestó, pasó el tiempo, entonces, oí a alguien, una ligera voz, suave y lejana como el viento, aun podía recordar el viento, esa voz preguntaba...
¿Qué me pasa?
Le conteste sin pensar.
-Estás muerto...

martes, 20 de febrero de 2007

El milagro 2

Esta es la continuación de el milagro. Estaba apunto de publicar otra historia cuando me dí cuanta de que había dejado esta inconclusa.




Pánico… Es lo unido que pudo sentir en esos momentos contradictorios. No podía ser que una persona como el rompiera con uno de los mandamientos mas imperdonables en lo que es la iglesia católica y de todo el mundo de la religión.
-¿Cómo puedes decir tal cosa?; dios no diría tal cosa de uno de sus pastores ahora vete de aquí indio borracho-
El hombre caminó por el sendero a meditar despues de haber creado un profundo enojo en el padre.

El padre estaba completamente agobiado, pensaba:
Supongamos que dios si le dijo eso al indio; ¿si dios dijera eso entonces tendría que ser verdad?; no, yo soy el único responsable de mis actos, una acción precipitada marcaría mis años de preparación. Un momento… ¿Que pasaría si ese indio va y le cuenta a todos que yo le dije que lo mataría?... Tengo que hacer algo… No, no debo; pero si no lo ago pondrá al pueblo en mi contra; un rumor es un arma peligrosa entre la ignorancia. El no tiene mamá ni papá ni mucho menos una esposa; por lo tanto, ¿quien notaria si este desapareciera?... ¿Como puedo pensar eso?; eso es lo que quiere él, que toda mi vida se venga abajo. Toda mi vida haciendo lo correcto con mi mente siempre pueril, y de pronto llega él, hablando de algo que no ha pasado; sin embargo, no debo perder mi fe… ¿Cómo pudo haber predicho que yo me pondría de esta manera?; el no puede ganar nada a base de su propia muerte… Lo más probable es que algo se fumó.

La noche se acercaba. En ese pueblo sin nombre el silencio es algo hermoso en la tarde, pero devastador en las noches. Un atardecer de color rojo sangre perturbaba al padre, la cual miraba el padre desde la ventana de su alcoba; el color que pudo desquiciar a Munich con su cuadro del grito; leía pasajes de la biblia para buscar algún pasaje que le explicara las posibilidades de explotar su fe en un asunto incomodo como ese.
Pensaba que por rumores como ese habían desaparecido a padres en ese pueblo alejado de la civilización; debido a esto el había encontrado el cupo para ser padre de ese pueblo. No era que la gente desconfiara de el sino que en esos momentos, en esa época, existía cierta actitud fanática.

De pronto… Vio al hombre caminando por debajo de los candiles con velas enfrente de la ventana de su alcoba; se dio cuenta de que muy pronto difundiría la historia y eso pondría en una situación incomoda al padre.
Se paró, dejó el libro en una mesa, miró un crucifijo y dijo:
-Sacrificios-
Bajó las escaleras de la iglesia. Abrió las grandes puertas de la iglesia. La loma estaba enfrente de él y no se podía divisar nada. En la iglesia la luz era un lujo; los padres se habían ido a una convención. Estaba solo en esa enorme muestra de la arquitectura humana. Fastidiado por el margen de sus decisiones no se dio cuenta de que enfrente de el se encontraba un muñón de leño e inevitablemente tropezó con el. En el pedazo de leña se encontraba un hacha recién usada por el encargado de mantenimiento; agarró el hacha y la miró fijamente. El hombre caminaba por el camino empedrado y el padre se dispuso a seguirlo. Se estaba volviendo loco.

El hombre no se dio cuenta de que el padre lo seguía.
La penumbra de la noche se encontraba en el camino empedrado. En los ojos del padre se divisaba una desquiciada mirada de odio. El hombre llegó a un acantilado para contemplar la inmensidad del cosmos. El padre sintió que esa era su oportunidad. Apenas podía levantar el hacha así que la llevaba arrastrando. La levantó enfrente de su espalda.
-Padre, ¿es usted?- Preguntó el hombre.
El padre se quedó perplejo de aquel extraño suceso.
-Tal vez se preocupe por que supe que era usted; bueno por que dios me lo dijo- dijo el hombre- Tal vez se pregunte por que dios diría tal cosa de uno de sus pupilos- El padre le seguía viendo la espalda- dios actúa de formas distintas; a usted le dio ese rango de poder, que lo hace poder hablar en nombre de dios, pero… ¿Qué es dios?, ¿dios representa un todo o una forma? Esa es la cuestión. Dios fue creado por nosotros. Lo extraño es que dios me dijo que usted me mataría; esto es lo que me puso en contradicción, por que si dios no existiera no se pudiera haber expresado conmigo ¿Qué hace que este tenga autonomía? Tal vez… yo soy dios-

-Blasfemo. Si fuera dios podrías salvarte a ti mismo en caso de morir- Dijo el padre enfadado. -Tu no eres Jesús- El padre estaba tan enfadado que hasta levantó el hacha con señal de amenaza para que dejara de blasfemar a su dios.

El hombre no contento con las ideas del padre señaló:
-Supón que Jesús era un ser con ideas muy avanzadas para su época. Se podría decir que Jesús realizaba estas acciones por que comprendía que el Universo es inmaterial y esto lo simplificaba diciendo que existía el paraíso, un mundo después de la muerte; aunque Jesús predicó que la bondad es elemental para entrar al paraíso siguen existiendo las guerras; esto quiere decir que todo ha sido mal interpretado-

El padre se preguntaba como una persona viviendo en un lugar tan retirado de las nuevas ideas podía cuestionarse tanto de su existencia. La ira lo invadía. Le enfadaba el hecho de que todo lo que sacrificó fuera en vano y más aun que lo pusiera a dudar de su preparación.
-¿Quién eres?- Preguntó el padre lleno de rabia.
-Mejor dicho ¿quien eres tú?- Respondió el hombre creando una respuesta que no los llevaría a nada. – ¿Tienes fe de que al que le sirves no es a un Humano común y corriente?-
-Cállate- Respondió el padre mientras se le acercaba con el hacha, se le abalanzó y justo antes de usarla el hombre perdió el equilibrio. Mientras el aire revoloteaba el pelo del hombre se escucho una voz casi borrosa por el viento que hacia silbar los árboles a su alrededor:
-¿Cuál de los dos es dios?
En el bar el padre casi terminaba de contarle la historia al cantinero.
-Lo vi caer y estaba sumamente contento, por esa razón yo lo maté- El padre estaba ebrio y empapado en sudor. – Su único objetivo era hacerme pensar si lo que hacia era lo correcto- Bajó la mirada. -¡Y lo logró!- Levantó una carcajada seca y tenebrosa.
La noche obligó al cantinero a sacar al padre y llevarlo a la iglesia. Al llegar este se dio cuenta de que el jardín no había sido cortado y que los animales gritaban de hambre. Al dejarlo adentro de la iglesia el cantinero se tropezó con un objeto. Se horrorizó al ver el hacha totalmente ensangrentada. Se dio cuenta de que el padre había cometido dos pecados aquella noche. El padre ya ha sido marcado de por vida y ni su amigo el cantinero quien guardaba muy bien los secretos de los borrachos lo iba a proteger de lo que estaba por venir.

jueves, 15 de febrero de 2007

Oh, mi gallo de Oro!

Tras meses y meses de hacer minuciosas investigaciones acerca de un tema muy debatido por las masas, he llegado a la conclusión de dicho problema. No es por ser una persona “creída” pero quiero que se tome nota de que Hoy, 15 de febrero del 2007, yo (Miguel Cervantes) descubrí, tras múltiples razonamientos todos fundamentados con solidez, al hasta ahora desconocido asesino de Valentín Elizalde (alias el gallo de oro).

Tras el asesinato me encontré con varias evidencias:
-Una camisa de corte norteño.
-Un par de botas, hechas con la piel de algún animal que seguramente no pudo defenderse al ser brutalmente cazado, mientras probablemente se dirigía con su familia o iba en camino al hospital a ver a su madre, victima de cáncer en el páncreas.
-Una hebilla del tamaño aproximadamente de un puño.
-Un par de lentes con corrección para la miopía, que probablemente usaba para leer a sus máximas influencias tales como: Neruda, Borges… etc.
-Un cuerpo con 27 penetraciones de bala, identificado como Valentín Elizalde.

Solo una mente tan desarrollada como la mía es capaz de hallar la solución, sin siquiera haber estado en la escena del crimen y con evidencias de dudosa procedencia.

Esta queridos amigos es mi conclusión:
El asesino de Valentin Elizalde es Diego Santoy Riveroll, ¿Por qué? Porque es puto, motivo por el cual la señora identificada como Tereza Costa Grande (mejor conocida como Tere Coss) sintió atracción por el muchacho y mantuvo relaciones impropias con el mismo, suceso que al ser conocido por Erika Peña le produjo celos, pues ella era novia de Diego Santoy. Entonces movida por dicho sentimiento, llamó a Diego y al parecer le ordenó matar a sus hermanitos y a Valentin Elizalde.

…Ay! Como me duele! Como me duele que te saquen a bailar!

miércoles, 14 de febrero de 2007

el arma plateada

Ya estoy arto de la estepa que recorro, del sol que me consume, que me deja sin una sola gota de sudor; sudor que a la ves es devorado por mi ropa; ropa que el único uso que tiene en este ínfimo lapso de tiempo es el de un horno para mi cuerpo ya quemado por el sol; ropa que me quitaría de no ser por su protección contra los abrasadores rayos de sol, que perforarían mi piel y consumirían totalmente los músculos y las viseras que me cubren. Ya estoy cansado de los cactus y los helechos que se postran sobre el pavimento arenoso; esa arena que hace arder mis pies; sobre los que se encuentran mis zapatos, que me quitaría de no ser por la superficie ardiente sobre la que se paran. Ya me cansé de caminar sin llegar a ninguna parte, ver las mismas montañas pardas que se ocultan en el horizonte. Debe de ser ya el medio día y aún siento la necesidad de descansar por un rato, pero no hay roca fría sobre la cual descansar, ni árbol que me preste por un momento su sombra, solo estos helechos y estas rocas planas que semejan sartenes hirviendo, y se que de encontrar un lugar para descansar las moscas devorarían mi cuerpo, por que ellas al igual que yo están sumamente hambrientas.

De mi mano derecha cuelga una pistola que alguna vez robé a un pistolero importante despues de morir, recuerdo que fui yo quien lo mató, creo que le clavé una daga en el corazón o en el hígado, el calor ya no me deja recordar con claridad, creo que empeñé esa daga y ya no la volví a ver. Mi camisa está manchada de sangre o al menos con una sustancia parecida a ella de color púrpura rojizo, gracias al maldito que me encontré en una de esas inmundas cuevas de las montañas del norte, recuerdo que el infeliz tenía once patas y que de su fauces bramaban lamentos de ira, enrojecidos con el olor a la sangre que le llenaba la boca, y gritaba enfurecida, llena de odio, y de su rostro deforme brotaba baba y moco de un color claro que no era visible en su totalidad, pero estaba ahí, podía sentirlo y olerlo, le colgaba de aquellos ojos rojos encendidos con fuego y de esos colmillos amarillos y largos como navajas, y sus manos eran tan delgadas como las mías en este momento, tenían unas uñas negras descuidadas, quizás de tanto escarbar las rocas y de rasguñar las paredes de la cueva. Pero aún así le volé la tapa de los sesos, de el solo quedó el aire que soltó despues de su ultimo respiro. Todavía siento la furia que me izo sentir el que me manchara mi camisa, pero lo castigué por eso, mientras moría, le perforaba partes o vitales de su cuerpo con balas enardecidas, seguí disparándole hasta que se quedó inmóvil por el dolor, lamento en este momento haber malgastado mis balas, ya que en este momento solo me queda una, que probablemente utilizaré despues.

Ya quiero llegar a alguna parte, solo quiero morir en algún lado, de lo contrario no existiría, moriré en el profundo infinito de mi mente, que se desaparecerá despues de unos momentos de estar tirado en la arena, pero, si en cambio, puedo llegar a un pueblo podré reencarnar en la mente de otras personas, podré morir como el hombre que cruzó el desierto, y llegó a algún lado para morir y dejar mi pistola plateada, para que despues de mi muerte alguien la tome, y con ella pueda conservar el legado de los pistoleros, continuar matando por reputación, eso es lo que quiero, pero en este momento tengo mas esperanzas de morir debajo de una sombra que de un pueblo. Ahora mi mente juega con migo, me ha hecho ver cosas que no están ahí, he visto todo tipo de cosas: mi madre, mi hermano, una mujer a la que amé alguna vez, y en este momento veo un pueblo que se extiende delante de mí, pero, no, no es posible que sea, los he visto miles de veces, cuando llego solo son simples formaciones rocosas que parecen jamás haber sido tocadas, por el momento es mejor no hacerme falsas esperanzas, se me cierran los ojos del cansancio.

El pueblo que alguna ves había visto a los mas grandes pistoleros crecer sobre el, estaba siendo destruido, e irónicamente era destruido por la ausencia de estos mismos, ya que el pueblo estaba pasando por una sequía y no había dinero suficiente para comprar una arma, pero aún así a la criatura gigante que destruía el lugar le importó muy poco eso, con sus musculosos brazos rompía las casas hechas de barro, y al ver a una persona correr, le perseguía hasta alcanzarle, para despues devorarlo completo con sus enormes fauces y aún así seguía hambrienta por que no había nada que llenara su enorme estomago. Proyectaba el terror al verle a los ojos rojos brillantes, y su rostro semihumano, y se deslizaba sobre veloces piernas de león, necesariamente musculosas, para poder soportar el peso de aquel animal. Pero de la frente del monstruo brotó un borbotón de sangre y carne, que creció gradualmente conforme pasaban los segundos, y un hoyo comenzó a formarse dentro de este, y a través del hoyo era visible la figura desvalida del pistolero, derrumbándose en el instante en que el hoyo alcanzó su diámetro máximo, el pistolero dejó caer su brazo junto con la pistola. En aquél instante los habitantes alcanzaron a oler la mezcla de sangre y pólvora, como carne quemada, que se impregnaba en el aire del pueblo, y el monstruo se derrumbó al igual que el pistolero.

Despues de eso en todo el pueblo se difundió la historia del héroe desconocido, de cómo pudo derrumbar al monstruo que atacaba al pueblo, y le levantaron una estatua en su honor, y así se volvió eterno, por que aquel día no murió, renació en los pensamientos de los habitantes del pueblo, ya que ahora era su redentor, sólo los individuos existen, si es que existe alguien, dijo alguna vez Borges. Pero al pasar el tiempo el pueblo fue destruido por la sequía, al igual que sus habitantes, y se volvió un espejismo. Y todo aquello, el pueblo y el planeta, se perdieron en el infinito. Y los hechos que hoy describo jamás ocurrieron, no son más que parte de la nada que nos rodea, no son más que palabras, letras y signos, nuevamente parte del eterno infinito.

lunes, 29 de enero de 2007

Dejà Vu En Blanco Y Sobre Todo Negro.


-¡No chingues, apoco…! ¿Pero como es que…?
Aquella mañana me levante un poco tarde, serían como las 10 a.m., ese día ni en el reloj me fijé, el destino quería sorprenderme y lo planeaba hacer de la manera menos imaginada.

-Ma!, ¿Qué hay pa’ desayunar?
-¿Pues crees que soy tu gata o que fregados?, no he hecho nada todavía, ten. Mamá sacó un billete de 50 con la cara de Morelos toda arrugadita. Traes medio de huevo, ¡pero los checas!, ay de ti que si traes uno roto, ya sabes como es de cabròn don Arturo.

Me puse mis Convers, no me peiné pero me puse gorra, un poco de agua en la cara para quitar las lagañas y listo.
“La tiendita” era a donde iba, me quedaba a escasas 3 cuadras. Como bien lo decía mi madre don Arturo era mañoson, sin siquiera planearlo había creado un monopolio a base de gomitas de mala calidad, tortillas de sabe de cuando y abarrotes a un paso de la putrefacción, sin embargo, era lo único que las familias podían adquirir con lo pequeño que era su bolsillo.
Iría más o menos a la mitad del camino cuando la puerta de la casa ubicada sobre la calle Rivera marcada con el número 302 se abrió. El mundo empezó a rodar a un cuarto de su velocidad normal, primero vi su mano que empujaba la puerta, su muñeca llevaba numerosas pulseras, después asomó su pierna izquierda, para por último mostrar el resto de su anatomía. Pero desgraciadamente la distancia me impedía ver su cara. Llevaba unos Vans, camisa verde pantano con estampados de algún grupo musical que no reconocí y una falda que le colgaba por debajo de las rodillas, era como fabricada para aparecer en los sueños y despertarte con un beso en la mejilla.
Levantó la frente y el sol le dio directamente en la cara, permitiéndome ver su cara… esa cara era…
-¡No chingues, apoco…! ¿Pero como es que…?
Lo dije casi gritando, ella volteó hacía mi y regresó a su casa. Volví a reaccionar, y apreté el paso para salir de su alcance visual.
-¡Puta madre! ¿Qué hiciste wey? Pero es que esa imagen la llevo soñando días tras días, su cara, la casa, a huevo que era igual. ¿Significará algo?

Me apresuré para volver a pasar por su casa, ni revisé como venían lo huevos, lo único que quería era verla otra vez. Pero por más que torcí el cuello después de haber pasado por su casa, nunca más la volví a ver, sólo en mis sueños, noche a noche, siempre lo mismo… ella sale de su casa, el sol le da en la cara y se vuelve a meter…

lunes, 22 de enero de 2007

El milagro

El siguiente es un fragmento de un cuento. Se divide en 2 partes; para crear suspenso en la historia. Nótese que la palabra dios no la escribo con mayusculas, esto es debido a que soy ateo; así que no se fijen en eso y disfruten.

La noche estaba postrada sobre una cantina de un pueblo sin nombre. En ella se encontraba la abominación de una sociedad viciosa. El cantinero (un tipo honesto, feliz de la vida) lidiaba con problemas engendrados por sus productos.

Dieron las doce de la noche; el cantinero estaba por cerrar; pero llegó una visita inesperada. Era el padre de la iglesia.
-Buenas noches padre. ¿Necesita resguardo de la noche?-
El padre solo contestó:
-Podemos entrar-
El padre no era de esas personas que se les pudiera catalogar de tímida; su fe en algo inverosímil era más que asombrosa. Por donde caminaba santificaba a todos; hablaba en las misas del amor al señor y del respeto al prójimo. Una persona reprimida por las leyes de bondad absoluta tenía que desahogarse de una manera u otra; simplemente el cuerpo no aguanta lo que la mente no le ordena. La bebida tenia que acabar su sed de respuestas.
Entraron a la cantina y ambos se sentaron como de costumbre. El cantinero le sirvió un vaso de tequila.
-Toda mi vida me e pasado con la ilusión extraña de mi fe; cuando era niño me gustaba ver el cielo, imaginar el paraíso; sentir el universo sobre mi cuerpo; en esos momentos todos mi sentidos estaban conectados a la naturaleza. Fue hasta el día de hoy que me di cuenta de que todo era fantasía-
El cantinero sintió miedo y tristeza a la vez; el no era quien para confesar a un padre; pero sin embargo dijo:
-Como puede decir tal cosa; ustedes son preparados para ser perfectos- Al cantinero lo invadió la duda, se acercó a escucharlo mejor y preguntó. -¿Qué pasó?-
El padre contestó:
-Dios no quiere hablar con migo-
-¿Alguna vez habló con usted?- El cantinero no sabía que pensar. El solo era creyente hasta cierto punto; el solo hecho de pensar que una forma incorpórea desarrollando una serie de acciones somáticas tales como hablar le infundía escalofríos.
-No quiero decir que alguna vez me habló solo que me sentí decepcionado al saber que lo podía hacer- tomó cerveza.
El cantinero le sirvió otra copa; el efecto todavía no era efectivo. Anteriormente había tratado con borrachos, de modo tal que conocía cualquier tipo de disparates; conocía cuando las personas estaban sobrias solo con escuchar su tono de voz; sin embargo esa noche parecía que el padre estaba en sus cinco sentidos.
El padre empezó a contar una historia mal fundamentada y poco creíble para la ciencia humana.

Un día después de la misa dominical, él se me acerco en silencio. Yo pensaba que quería confesarse. Pero fue todo lo contrario.
El templo estaba en completo silencio. Ante lo ojos de la virgen él me dijo:
-Padrecito… la cosa es esta. Yo caminaba por un sendero alejado del pueblo, cerca de una cascada, miré al cielo y…le juro que dios me habló-
El padre sintió envidia; uno creería que se pondría escéptico; pero esa no era la actitud de un padre. Tras años de estudios y preocupación mental, acabando con su libertad y atándolo a una serie de normas estrechas que constituyen los valores del episcopal.
-¿Cómo puedes decir eso?; dios solo habla con las personas que tienen que decir algo importante-
El hombre no se enojó; simplemente dijo:
-Le juro que me hablo-
-Bueno quiero confiar en ti- El padre trataba de ser amable ante todo; aunque esto involucrara creer una blasfemia; le siguió la corriente para ver hasta donde llegaba la historia.
-Me dijo que usted me mataría-

domingo, 21 de enero de 2007

Papitas de maíz

Lo conocí hace mucho tiempo, creo que fue en la secundaria, siempre me pareció un wey buena onda, con sus problemillas y sus excentricidades, pero nunca rebasando los que la sociedad pide como requisito para seguir dentro del círculo de monos. Pero en fin, desde ese entonces somos muy amigos namas que ya no lo he visto, es un wey que tiene su propia vida, aunque somos muy amigos. Cada ves que lo veo lo saludo muy afectuosamente, nada mas que muy pocas veces me lo topo entre mis viajes, y ya ves que el universo es infinito.

Conociéndolo mejor uno ni se daba cuenta de las cosas que hacía, despues de todo siempre pareció un chavo normal. Pero resulta que despues de tocar siempre en el mismo grupo, uno se da cuenta que es un gran tipo, es muy solidario y honrado y una persona muy noble, o no se, siempre tubo una personalidad muy agradable, que me hacía seguir siendo su amigo. Despues uno de los batos que vivía por su casa llegó, se llamaba Josué, en la prepa cursamos por el mismo salón, era un bato que nunca llegó a ser muy amigo mío, pero lo interesante no es como ni donde lo conocí ni lo que fue de el, solo es importante lo que mi dijo cuando se enteró de la gran amistad que tenía. Despues de la saberlo me dijo algo como: "Apoco, ¿Eres camarada de ese wey?". "Simón es mi mejor amigo ¿por que?" le respondí. "Ese wey es bien raro no te juntes con el" y le respondí: "¿Por que?". Y entonces me dijo que nunca salía de su casa, que el trabajo de sus jefes era normal, y que ellos también lo eran, que eran buenas personas y muy agradables vecinos, lo raro era un habito que tenía: todos los días, para eso de las 5 de la tarde, se iba para la central de autobuses, esa la que está por el metro; caminaba un buen desde su casa, tomaba el metro y al entrar a la estación daba vuelta a la derecha, y entraba a los baños, me dijo que un amigo suyo, que no reveló su nombre, lo vio entrar en uno de los baños, no me dijo exactamente lo que hizo, por que ni el lo sabe, las puertas son de esas que no se puede ver pa dentro, solo me dijo que pasaba horas ahí, salía a las 8 de la noche y se dormía, dicen que hace eso desde los cinco años, que a veces hasta llevaba libros, tareas y comida. Me sorprendió lo que me dijo. Despues de haber agarrado un buen de valor decidí preguntarle de aquello, despues de haberle de preguntado me sonrió, solo me pidió que lo acompañara. No dejaba de pensar en un número ilimitado de perversidades que podía hacer en aquel baño, pero aún así la duda me hizo aceptar su invitación y lo acompañé.

Al llegar a la central de autobuses dimos vuelta a la derecha, y entramos en uno de los baños, uno de esos que andan todo rayado y descuidados, no puedo revelarles con precisión el lugar exacto, por obvias razones. Cerró la puerta y ahí estábamos, casi sin espacio, dentro cubículo, yo le miraba a la cara, el no dejaba de ver el baño. Expandió el brazo y despues de decir algo así como: "papitas de maíz" bajó la cadena. De repente todo a nuestro alrededor se volvió negro, y las paredes que nos estorbaban desaparecieron entre las sombras, a nuestro al rededor aparecieron esferas de diferentes colores, algunas con colores que ni siquiera logré reconocer. Me miró y me dijo: "La verdad no se ni que pedo con esto, he hecho esto desde los cinco años como de seguro te han contado, pero nunca he sabido nada sobre este lugar, ni de la razón de su existencia, ni sus creadores, solo se esto: mira las esferas, esas esferas representan mundos y civilizaciones de otras realidades o de otros planetas, o no se, cada una me lleva a donde viven extraterrestres algunos raros y otros semejantes a la teacher de ingles, he viajado mucho tiempo, he visitado muchos mundos, en cada uno de ellos me conocen y me reciben con los brazos, o los tentáculos abiertos, y en cada uno de ellos me han agarrado mucho aprecio y les da gusto que los visite, y de alguna manera platicamos como que conocen el español tantillo, de hecho lo hablan muy semejante a los batos de reforma. Pero toda esta maravilla ahora es nuestro secreto". Despues me hizo tomar una esfera azul, y regresamos al baño de aquella estación de autobuses.

Desde ese entonces no he hecho mas que viajar, he recorrido muchos mundos, he aprendido mucho, y predico en cada mundo la existencia de las realidades alternas, de otros mundos, de lo herrado que es la teoría de la soledad en el universo, y me han llegado a considerar un héroe en sus mundos, en algunos incluso dicen que soy un dios, pero cada raza es muy civilizada, o al menos lo suficiente como para no llegar a matarme. En mi planeta natal no he dicho nada, sigo llevando una vida normal, con esposa e hijos y nunca les he contado mi secreto y es que la verdad no vale la pena decir nada, ya tenemos suficiente con los locos que andan por ahí diciendo tantas cosas similares, además ¿de qué serviría? los humanos solo saben sacar el lado malo de las cosas. Pero en fin, ya hasta estoy organizándome unas vacacioncitas para irme a un planeta que vi en uno de mis viajes, estaba muy bonito, las playas eran preciosas y los hoteles baratos y elegantes.

sábado, 20 de enero de 2007

El principio

¿Que es el inicio?

Bueno básicamente esta pregunta nos la hemos hecho desde el principio de la conciencia. Ya sea los griegos ablando de Urano, Gea y Eros hasta acabar con la teoria de la creación de dios en la actualidad.
En si la vida es englobada en un principio y un fin. De esta manera nos destruyen la idea del infinito. Si el universo es infinito entonces también su origen es infinito. Cuestionarnos esto para muchos podría ser incomodo; gracias a esto la sociedad impone una serie de normas que comprenden un limite al hablar de conocimiento; ¿que quiere decir esto? Bueno si buscamos la forma más básica de las acciones que realizamos, detectaremos que todos vienen a este mundo para comer y dormir. Todas las demás acciones que realizamos podrían verse como innecesarias. Pensar que no existe razón para vivir crearía el caos. Esta es la razón de por que nos imponen limites para pensar.
El tiempo no es más que una serie de sucesos acomodados por la deducción humana. Por esto no podemos saber si existió un inicio. Lo más probable es que el tiempo siempre estuvo ahí y de esta manera se puede asegurar que el tiempo empezó cuando llegamos a la vida.
Por eso el BlogSpot de En el Desierto es un serie de ideas que siempre estuvieron ahí, retumbando en lo mas oscuro de la mente humana